lunes, 17 de noviembre de 2014

Se multiplican los casos de asalto en cuatro años


                                       
(Fotografía: referencial)

                   
Eran las 10:00 p.m  de la noche, el reloj no dejaba de inquietarme con sus manecillas negras y punteagudas. La impaciencia por encontrarme con mi madre, a quién no había visto desde  hace 12 años,  me consumían desde aquella  tarde lluviosa que  dejaba recorrer con delicadeza cada gota de lluvia sobre la camisa a cuadros que me regaló. Como si fuera una predicción de que algo bueno me iba a pasar,  ese viernes recibí una  llamada anunciándome su  visita el próximo fin de semana; domingo  9 de noviembre del 2010  a las 11:00 p.m.  de la noche. Una hora antes pensaba que jamás volvería a sentir el calor maternal de su cuerpo sobre el mío.

Edson Pumarica Rojas es un joven  de 20 años  que vive en la Manzana A12 Lote 3 del sector  Manuel Arévalo II Etapa. La experiencia delictiva que vivió le ha dejado en claro que no puede dejar de  girar la cabeza hacia atrás o los costados para asegurarse que nadie lo está siguiendo;   “En estos últimos cuatro años la delincuencia juvenil aumentado, considero  que toda esta problemática tiene origen en las familias, no existe comprensión, los padres son violentos o se evidencia una falta de respeto entre los miembros del hogar, !Ah!  Y como es de suponerse cuando se tienen problemas de cualquier índole,  el camino más fácil y peligroso es refugiarse en el alcohol o alguna sustancia”.

No esperé más, y decidí salir al encuentro de aquel ser a quién había extrañado  interminables noches y días de verano. Tomé las llaves que estaban encima del cuadro del señor de los Milagros, mientras recordaba lo que ella me decía;   “Hijito antes de salir a la calle persínate delante del taitito para que no te pase nada…”.  Entre risas y lágrimas imaginaba su presencia frente a “el taitito” y con los ojitos desgastados de tanto pedir por mi bien, besaría mi frente mientras prometía que jamás dejaría se ser su bebé.

Mientras contaba mis pasos sobre la  acera  resquebrajada  de la calle los Fresales, no dejaba de soñar con aquel mágico encuentro, de pronto, mientras observaba unas viejas fotos de mi billetera, tres seres emergieron de las sobras, alrededor no había  una sola alma que estuviera viendo lo mismo que yo. De pronto sentí la frialdad de un cuchillo  que presionaba la vena de mi cuello. Era irremediablemente víctima de un “asalto al paso”.

Edson , vive el Manuel Arévalo más de 15 años y desde su experiencia como ciudadano afirma que los  “robos al paso” son los casos más comunes en el sector. Los delincuentes apenas se encuentran entre las edades de 15 hasta 20 años de edad; “La mayoría de asaltantes son de “Winchanzao”,  “Las Palmeras” e  “Interamericano”. Lugares  que meses atrás se han catalogado, según la versión de la PNP como las más peligrosas o de “Zona roja” del distrito de la Esperanza.  

Al igual que Edson, muchos ciudadanos no se sienten seguros de andar por las calles  después de haber sido víctima de un “robo al paso” en vista de ello,   la Junta Vecinal del mismo sector ha tomado cartas en el asunto pidiendo  apoyo a la Municipalidad Distrital de La Esperanza, que meses atrás, prometió patrullaje por el mismo ejército del Perú. Actualmente los niveles de delincuencia en Manuel Arévalo  han ascendido a cuatro “robos al paso” por semana. De continuar así, muchas familias dejarán de ir a los parques, plazas, eventos culturales y cualquier otra actividad social por miedo a ser  víctimas de un robo. 


Escrito por: Isabel Toribio 

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