Los vecinos de “Jerusalén” atribuyen el cuidado de los espacios deportivos y de entretenimiento no solo a las autoridades sino, a los mismos pobladores
A dos años de su inauguración del
complejo deportivo “Jerusalén” ubicado
en la tercera etapa de Manuel Arévalo, los diversos espacios de entretenimiento se pueden ver maltratados; las áreas verdes
no cuentan con el abastecimiento de agua suficiente que les proporcione las
energías necesarias para subsistir y as veredas contienen desperdicios de
alimentos y basura.
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(Parque frente a concha acústica del complejo deportivo "Jerusalén". Isabel Toribio) |
Durante una pequeña entrevista
con algunos de los vecinos que se encontraban descansado en las bancas dentro
del complejo nos comentaban: “El complejo tiene un guardián que viene todas las
tardes a regar el grass, pero solo lo riega por encima”. Acción que explica el
estado actual de las plantas, así mismo, agregaba que los perros callejeros se
metían a cualquier hora del día no solo a descansar sobre un lugar que les
proporcione sombra sino, a hacer sus necesidades biológicas que contaminan los
espacios del complejo y ponen en peligro a los más pequeños del hogar.
Sin embargo cabe mencionar que la
responsabilidad no solo cae sobre las autoridades sino, en los mismos vecinos
del Jerusalén. El señor José Saldaña de
62 años de edad nos comentó que el cuidado y
preservación de las áreas verdes
depende de los mismos pobladores.
Desde su experiencia diaria ha visto como las propias madres arrojan
residuos de mazamorra, caramelos y otros comestibles a los suelos limpios del
complejo. Un comportamiento que se traslada indudablemente a sus hijos.
“El cambio empieza por nosotros mismos”
indicaba Rosa Silva de 50 años
de edad, quién estaba de acuerdo
con las opiniones del señor José. Es de vital importancia trasmitir a nuestro
hijos las buenas prácticas, así como se les enseña a no robar o a no mentir, se
les debe de inculcar el respeto por la naturaleza y espacios públicos para vivir en una comunidad libre de contaminación y prolongando las existencia de nuestras
nuevas generaciones.
Escrito por: Isabel Toribio
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